17 de junio de 2004, estadio Monumental, Buenos Aires, Argentina.
12 pasos separan a Javier Villarreal de Germán Lux. 70 mil almas quietas en sus butacas en completo silencio y millones de personas frente al televisor en sus casas conteniendo la respiración. Villarreal arranca su carrera y la tensión crece. Cierra los ojos y patea. La pelota infla la red del arco de un Poroto Lux que vuela hacía su derecha y se aleja cada vez más de la hazaña. No hay grito de gol. Solo silencio.
Las tribunas del Antonio Vespucio Liberti comienzan a mojarse con las lágrimas de los hinchas millonarios que no pueden creer lo que acaba de pasar. En el campo de juego son poco más de 20 los que deliran y festejan en la cancha del eterno rival. Boca a la final de la Copa Libertadores.
27 de Noviembre de 2014, estadio Monumental, Buenos Aires, Argentina.
12 pasos separan a Emmanuel Gigliotti de Marcelo Barovero. 70 mil almas quietas en sus butacas en completo silencio y millones de personas frente al televisor en sus casas conteniendo la respiración. Deja Vu. Gigliotti arranca su carrera y la tensión crece. No cierra los ojos, abre el pie. La pelota viaja pero se encuentra con una mano salvadora. Trapito Barovero le devuelve el alma al cuerpo a los 70 mil hinchas millonarios que coparon las tribunas del Antonio Vespucio Liberti y rechaza el débil remate del Puma.
No hay grito de gol. Se grita más que un gol. Quizás más que el gol de Leonardo Pisculichi que llegó 15 minutos después para sentenciar la historia. Ahora, son poco más de 20 los que se pelean con el árbitro y son más de 70 mil los que deliran. River a la final de la Copa Sudamericana.
Mayo 2015.
Esta vez no vamos a tener que esperar 10 años para volver a vivir algo así. El destino -y los resultados- quisieron que Boca y River vuelvan a verse las caras en un cruce directo de Copa Libertadores, esta vez por los octavos de final.
El 7 de mayo en el estadio Monumental comenzará a rodar la pelota en los primeros 90 minutos de una serie que tendrá su pitazo final el 14 de mayo en La Bombonera. Pero la ansiedad ya se siente. La gente empezó a vivir los clásicos, a imaginarlos una y otra vez en sus cabezas desde el momento en que se definió que el equipo de Arruabarrena era el mejor primero y el conjunto de Gallardo el peor segundo de los clasificados. El país no habla de otra cosa. Las gallinas y los bosteros se comen las uñas. Los neutrales celebran y planean juntarse a ver el partido que es considerado uno de los eventos deportivos más importantes del mundo.
Empiezan las apuestas. Los Xeneizes buscan revancha de la última vez que tuvieron que pagar. Los Millonarios –los que no apostaron en el verano- quieren seguir con la racha del año pasado y disfrutar nuevamente los asados y las cervezas gratis. Ya se sienten las cargadas. Se imaginan los afiches. Se planean los festejos. Se viene una nueva edición del Superclásico por Copa Libertadores y se para el país. Es Boca-River, River-Boca. Esta vez la definición será en el estadio Alberto J. Armando y habrá que ver si son miles los que celebran con el azul y oro en las tribunas, o si son poco más de 20 los que festejan con sus camisetas blancas y rojas.
Pero si no te interesa la Copa Libertadores no te preocupes, hay otras opciones para ver. El domingo 3 de mayo tenés un gran partido entre los dos punteros del Campeonato Argentino. ¿Quiénes son? Boca y River, en La Bombonera. No te lo pierdas!